El aceite de oliva, conocido también como "oro líquido", es uno de los ingredientes más antiguos y preciados en la cocina y la industria estética. Originario de la cuenca mediterránea, se extrae mediante el prensado en frío de las olivas maduras, obteniendo un extracto rico en ácidos grasos esenciales (EFA) con innumerables beneficios para la piel y el cabello. Su composición de ácidos grasos es sorprendentemente similar a la de la epidermis, lo que lo convierte en un ingrediente altamente compatible con nuestra piel.
Uno de sus principales atractivos es su estabilidad: a diferencia de otros aceites, no se oxida rápidamente gracias a su alto contenido en vitamina E, conocida como la "vitamina de la juventud". Además, está enriquecido con vitaminas A, F, D y K, que nutren, regeneran y protegen la piel de los factores externos.